martes, 4 de diciembre de 2012


                                   Anécdota


Un día estábamos mi hermana, mi papa y yo en Querétaro el en “parque de la lengua” lo llamábamos así porque había una res-baladilla gigante que tenía forma de lengua.
Eran como las 7:30 de la noche y mis papas  me dejaron en el área de juego que la verdad no sé cómo se llamaba, es un juego en donde te subes y hay una especie de volate lo giras y todo el juego da vueltas; entonces llego un niño más grande que yo y comenzó a girar el juego y por inercia salí volando del juego.
Desde entonces tengo una cicatriz en la rodilla.

       

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